De la economía industrial a la economía en red

Estamos siendo testigos de un cambio económico a nivel mundial como hace muchísimo que no se veía. Durante más de dos siglos y medio se impuso el modelo económico industrial. Pero ha llegado el fin de ciclo de esta economía y el nacimiento de una nueva era: la de la economía en red (network economy). En esta nueva economía, la red de contactos es el activo más importante.

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Para el 1750 comenzó en Gran Bretaña la Revolución Industrial. Se descubrió cómo el uso del carbón y el vapor, luego la electricidad y finalmente el petróleo podían revolucionar la productividad. Se desarrolló una industria fuerte y crecieron las ciudades gracias a una red de carreteras y vías que permitían el transporte tanto de materias como de productos manufacturados. Fue la gran revolución económica de la humanidad y la era industrial duró siglos.

Sin embargo, en los últimos años hemos visto cómo la tecnología, y en especial las telecomunicaciones, han implantado la era de la información. Ésta se basa en un modelo horizontal, donde las redes de contactos no conocen fronteras políticas ni sociales y donde compartir información es algo muy común. Este paradigma de la sociedad de la información ha saltado al ámbito económico y echado raíces rápidamente.

La economía en red se apoya en dos pilares: el conocimiento y la innovación, de los que nacen la productividad y la competitividad. Es el dinamismo y el cambio constante frente a lo estable y duradero, el mundo digital descentralizado frente al mundo material burocratizado.

La importancia de una red de contactos fuerte

En este contexto es indiscutible el valor de la red de contactos. A mayor cantidad y calidad de contactos, mayor posibilidad de oportunidades. Según la conocida teoría de los 6 grados de separación y partiendo de la base de que cada persona conoce unas 100 personas que a su vez conocen otra 100, y así en adelante, podemos llegar a cualquier persona del mundo a través de solo 5 intermediarios.

En resumen, la clave está en la red de contactos que tenemos al alcance de la mano a través de una cantidad de herramientas diseñadas exclusivamente para mantener y hacer crecer esta red; las redes sociales. Desde las más generales Facebook y Twitter, a otras más especializadas como Linkedin, las redes sociales son un terreno ideal para consolidar contactos que a su vez abran puertas. De todos modos es importante recordar que no solo se trata de coleccionar contactos, sino de mantenerlos, para que realmente sepan quiénes somos y nos tengan presentes.

Pero no necesariamente todo tiene que pasar por la tecnología. Hay otras formas de fortalecer nuestra red de contactos que se puede poner en práctica en el día a día. Como lo comentaba en el artículo sobre comportamientos necesarios para desarrollar un ecosistema empresarial, en el fondo se trata de participar no solo con tus socios sino de colaborar también con la comunidad y hasta con los competidores. De enfocarse en formas de crear valor, en lo que uno puede aportar, sin pensar en recibir nada a cambio. Y de buscar la horizontalidad, el tú a tú, incluso dentro de las empresas, donde destaca cada vez más el liderazgo participativo por sobre lo jerárquico.

Consejos para aumentar y mantener la red de contactos

El networking se basa en el concepto elemental de reciprocidad. Si tú ayudas a otros, los apoyas, promueves o les aportas valor y soluciones, luego -ellos u otros- se preocuparán por hacer lo mismo por tí. En esta filosofía está presente un especie de karma del universo, en que lo que das vuelve a tí, tarde o temprano. La base de un networking exitoso está en crear puentes, conocer a tu red de contactos a bien, tanto en lo profesional como personal, conocer lo que les motiva, la historia detrás de cada uno.

Recuerda que todos somos iguales y no dejes que otros te intimiden, aunque sean famosos o ricos. Para hacer contactos nuevos lo que necesitas es empezar una conversación con alguien que no conoces, ya sea en la fila del supermercado, en un avión o en la playa. ¡Te sorprenderá descubrir los contactos valiosos que surgen de esas situaciones! En un entorno profesional puedes romper el hielo preguntándoles por sus inicios profesionales o por su cliente ideal.

Y para mantener estas conexiones vivas, ponte en contacto con ellos cada vez que puedas. Lo ideal es un mínimo de 3 contactos anuales, aunque también puedes causar una impresión duradera al año tomándote el tiempo para decirles lo que aprecias de ellos. Siguiendo estos consejos seguramente encontrarás posibles socios, conseguirás que hablen de tu producto o servicio o hasta conocerás inversores que apuesten por tu proyecto.

Imagen cortesía de sheelamohan / FreeDigitalPhotos.net.