Evolucionar o morir

Las grandes empresas centenarias, que consolidaron su modelo de negocio hace decadas, ven cómo el avance de la tecnología las va dejando obsoletas frente a los nuevos competidores, y poco a poco las empuja hacia los márgenes. La innovación empresarial es, cada vez más, la clave del crecimiento y la supervivencia de las empresas, pero para las grandes corporaciones no es nada fácil.

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Sus estructuras son muy grandes y pesadas, son rígidas contra la innovación. Y aunque no se trate de empresas centenarias, pero sí ya consolidadas y hasta cotizando en la bolsa, responden a un patrón de estabilidad que busca ingresos seguros y estables. Igual que con cualquier ejercicio: si dejaron de innovar tiempo atrás, ahora ya no tienen la agilidad para hacerlo de repente.

Y más aún al tratarse de innovación tecnológica, que avanza a pasos agigantados y requiere un determinado medioambiente, con estructuras, procesos y culturas determinadas.

Entonces, ¿cómo pueden innovar las grandes corporaciones?

3 caminos hacia la innovación empresarial

Conseguir una transformación radical y exitosa de una gran corporación en términos de innovación no parece que sea posible. Sin embargo, en la actualidad he observado que las grandes empresas tienen 3 opciones que les permiten acercarse a la vanguardia.

Comprar un startup

Más de una corporación ha decidido por este modelo, pensando que la mejor forma de conseguir la innovación sería adquiriéndola. Pero esta es una visión muy simplista.

La innovación no está solo en el producto o servicio que provee un startup, sino también en su propia estructura, dinámica y cultura corporativa. Pero por lo general, el funcionamiento de la gran corporación se impone sobre el del startup, que así pierde su agilidad y por ende, su capacidad de innovación.

Otro inconveniente de esta opción es que la operación, además de ser muy riesgosa, puede salir muy cara, sobre todo si se trata de un startup de por sí exitoso. Incluso así, el proceso de adquisición o due diligence es bastante largo.

En la mayoría de los casos en que una corporación ha buscado la innovación empresarial por este camino, el resultado no ha sido el esperado. Casi siempre, la mayor dificultad ha sido unir la cultura corporativa de ambos. Un caso de éxito es el de Amazon que, si bien compró Zappos, no intervino en su autonomía y ambas empresas han salido beneficiadas de la unión.

Montar un departamento de intrapreneurship

Esta opción consiste en conseguir la innovación empresarial desde dentro de la empresa, mediante un departamento de intrapreneurship.

Lo ideal son casos como los de Apple, donde se formaron equipos que trabajaban junto a startups, de los cuales surgieron pilotos que luego se transformaron en líneas de productos, como el equipo iTunes, por ejemplo. Esta metodología de trabajo, o filosofía del emprendimiento disciplinado, es la que también implementa Google, conocida como hack, play & learn.

Uno de los principales obstáculos del intrapreneurship se presenta a la hora establecer prioridades entre la innovación empresarial y la continuidad del modelo de negocio actual. Para ello es conveniente formar equipos separados y evitar la competencia entre ambos, que suele tener un ingrediente intergeneracional. Otro de los inconvenientes consiste en superar la resistencia de propios accionistas y convencer a la alta gerencia de que acompañen el proyecto.

Las grandes empresas no suelen tener la cultura organizacional y preparación necesarias para asumir este proceso que además, llevaría demasiado tiempo.

Invertir en nuevas empresas

La última tendencia en innovación empresarial para grandes corporaciones es la inversión.

Este fenómeno se está dando principalmente en Silicon Valley, donde algunas grandes corporaciones han formado sus propios fondos de inversión para invertir en startups prometedores, pero sin interferir con su modelo de negocio ni su cultura corporativa innovadora, como es el caso de Google y su Google Ventures. Esta opción les da a las grandes empresas una serie de beneficios.

Por un lado, pueden invertir en pequeñas empresas que las ayuden a expandir su propio negocio. Por ejemplo, Salesforce, que a través de Salesforce Ventures invierte en empresas que trabajan sobre su plataforma.

Por otro, es una forma de mantener cierto control sobre la competencia y minimizar riesgos. Es lo que hizo por ejemplo Microsoft cuando invirtió en Facebook, y consiguió así que Google no entrara en este negocio.

Y finalmente, esta estrategia les permite a las grandes corporaciones tener un pie puesto en la tecnología, diversificar su portfolio y obtener beneficios de las participaciones.

A los startups también los beneficia esta relación en la que mantienen su autonomía. Además de la financiación, obtienen recursos que antes no estaban a su alcance y su reputación puede crecer al pasar a formar parte de un determinado portfolio especializado, como señala Roman Stanek de GoodData, que ha recibido cerca de $26 millones de financiación de Intel Capital.

Por Carlos R. Cobián
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Imagen cortesía de Morguefile.