Una de las cosas que encuentro más difíciles a la hora de montar un startup es cómo repartir las participaciones de tu empresa entre los socios fundadores. Cada vez que estoy en esa situación me pasan por la cabeza muchas preguntas. Por ejemplo: ¿Cuánto vale cada persona para la empresa? ¿Cuánto se debe llevar cada uno? ¿Será bueno darle participaciones a los empleados? ¿Cuánto debo repartir? Sea con tus socios o con los primeros empleados, te recomiendo que antes de repartir las participaciones tengas en cuenta estas recomendaciones de Weston Bergmann.
Establece un período de adquisición de derechos sobre las participaciones
Una de las formas más comunes de repartir el capital es ceder un porcentaje fijo de las participaciones a los socios fundadores o a los primeros empleados que se unan al proyecto. El desglose de porcentajes lo vimos en un artículo anterior sobre reparto del equity. Este enfoque, sin embargo, tiene un punto débil: y es que es difícil saber desde el principio cuánto valor aportará cada persona a la empresa y en cuánto tiempo.
Por otra parte, no es justo que alguien que se involucra desde el principio no tenga su justa participación. Por eso, plantear un período de adquisición de derechos puede ser la solución. Con este sistema cada parte se lleva lo suyo, pero no antes de haber probado el valor que tienen para la empresa.
Imagínate que incorporas a un nuevo miembro al equipo y a cambio le das una cuarta parte de la empresa. Luego te das cuenta de que la persona es un desastre, abandona la empresa antes de haber llegado a la meta o te das cuenta que no encaja con la organización. Esa persona se lleva a su casa el 25% de tu empresa.
Para evitar eso puedes acordar una forma progresiva de adquisición de ese 25% de participación. Desarrollas un sistema en el cual cada año, durante los primeros 5 años, se consolidará la adquisición de un 5%. Así, al cabo de este período el socio habrá obtenido su 25%. Pero si la relación se disuelve antes, mantendrá las participaciones que haya adquirido hasta ese momento.
Con este sistema incentivas al equipo a que permanezca en el proyecto y a que no se marchen con el equity adquirido. Créeme, no es divertido tener socios que no trabajan en el negocio, no aportan valor y con una participación sustancial del negocio.
Describe claramente qué esperas de los demás
Al montar el equipo es importante establecer desde el principio los roles y responsabilidades de los integrantes. Muchas veces los emprendedores arrancamos el proyecto con mucha energía y no nos damos cuenta de que entre los integrantes del equipo hay personas que asumen roles similares y no necesariamente complementarios. Otra situación muy común es que los empleadores podemos ser ambiguos al describir lo que necesitamos de los demás, muchas veces por no dedicarle el merecido tiempo.
El emprendedor debe tener una actitud clara y de liderazgo; hablar con sinceridad y transparencia. Debes saber qué necesitas de los demás y para qué los quieres en el equipo. Sea para ventas, para diseño o gestión financiera, lo debes expresar claramente desde el primer momento. Porque las horas que le dediquen a esos objetivos son las que valdrán.
Compensa el valor aportado, no el tiempo invertido
Lo que necesitas de tu equipo no es que dediquen las 24 horas del día a trabajar sino que consigan resultados. Y este valor es el que debes recompensar. Conseguirlo en más o menos tiempo es secundario. Por eso, desde el comienzo habla claro con tus colaboradores y déjales claras cuáles son las prioridades. Si saben que el valor aportado es más importante que el esfuerzo podrán decidir en qué invierten el tiempo y cómo priorizan sus actividades.
No te pongas nervioso
Cuando hagas el reparto de las participaciones es muy posible que cometas errores. Asúmelo; es muy probable que sea así. De hecho, cometer errores es algo que viene incluido en cualquier emprendimiento. Pero peor que cometer errores es no dar el primer paso por miedo a los futuros errores. Y este es uno de los principales retos que debes superar.
Piensa que todo es un proceso que se va desarrollando poco a poco, que es cambiante, y que irás aprendiendo sobre la marcha. Las decisiones legales con efectos a largo plazo no son necesarias al comienzo. Lo que es importante al principio es que dejes claro qué es lo que estás dispuesto a pagar y qué deben hacer para ganárselo.
Como habrás podido comprobar, en esta primera etapa deberías enfocarte en el valor que cada miembro aporta al equipo. Y en función de eso, de lo que esperes de ellos y de los resultados obtenidos harás un mejor reparto de las participaciones.
Foto cortesía de icrowd.
Deje su comentario