20130629-171807.jpgA menudo se me acercan personas para presentarme ideas de nuevos negocios. Cuando me preguntan mi opinión lo primero que hago es hacerles 3 preguntas. A partir de las respuestas ya puedo intuir si dichas ideas tienen o no potencial. Estas preguntas son muy básicas pero son las más importantes a la hora de formular la hipótesis inicial para tu startup.

  1. Problema: ¿Cuál es el problema que necesita ser resuelto?
  2. Solución: ¿Qué solución (producto o servicio) propones para resolverlo?
  3. Mercado: ¿Hay clientes que están dispuestos a pagar por tu solución?

Si logras contestar estas preguntas correctamente es que estás bien enfocado. Si no lo logras o tienes inseguridad en alguna de ellas deberás validar los supuestos y revaluar tu idea de negocio. Aunque suene maravillosa, si tu idea no está dirigida a resolver el problema de tus clientes, no tiene una proposición de valor atractiva y tus clientes no están dispuestos a pagar por ella, significará que tiene muchas posibilidades de fracasar.

Si recuerdas mantener a tus potenciales clientes en el centro de todos los esfuerzos verás cómo tus posibilidades de éxito se multiplicarán.

 

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